La CREEX ha acogido una nueva Píldora de Igualdad, una sesión celebrada en colaboración con Almattia y con el apoyo del IMEX, en el que se abordó la normativa sobre derechos de las mujeres víctimas de violencia de género.

La ponente de esta jornada, que forma parte del Programa para la Promoción y Difusión de la Igualdad de Oportunidades en las Empresas, fue María García Sánchez, Licenciada en Derecho, Consultora de proyectos sociales y experta en Igualdad de Oportunidades y Violencia de Género.

Tras la presentación a cargo de Carmen Tortonda, Coordinadora de Formación y Eventos de Almattia, quien aludió a los proyectos que se llevan a cabo desde la organización, como el Programa Mentoring, la formación en materia de igualdad o la celebración de los congresos Mujer 360º, María García realizó una pormenorizada exposición de los derechos que asisten a las víctimas de violencia de género, insistiendo en la idea de que no basta con que estos derechos estén contemplados en una norma, sino que para que se ejerzan es necesario que sean conocidos, esto es, que la sociedad en su conjunto, y particularmente las personas que dirigen instituciones de carácter empresarial o sindical, los difundan.

En este sentido, destacó la labor de CREEX  como promotora de acciones de formación, concienciación y difusión de lo relacionado con la igualdad entre el empresariado.

La ponente señaló que, pese a que aún queda mucho camino por recorrer, el avance en cuestiones de igualdad en España está siendo un éxito, y relató que la normativa que regula los derechos de las víctimas de la violencia se centra en dos premisas: reparación del daño y recuperación integral de la persona.

A partir de ahí, y tomando como base la Ley 1/2004 y los posteriores desarrollos legislativos e incorporaciones legales, María García anticipó que muchas de las cuestiones que se recogen como derechos en la norma “pueden ser vistas por algunas personas como privilegios”, pero estamos ante un problema que necesita instrumentos excepcionales y excepcionadores, porque la violencia de género tiene un impacto brutal en la persona y en su entorno.

Seguidamente, fue desgranando el rosario de derechos ya recogidos en el ámbito laboral, económico, social y del empleo “siempre que se tenga acreditada la condición de víctima de violencia de género, este es el paso previo fundamental”.

Así, en el primer caso se encontrarían cuestiones como la reordenación del tiempo de trabajo, el cambio de centro de trabajo o la suspensión temporal del contrato con reserva de puesto y derecho a la prestación por desempleo, entre otros. Del mismo modo, se contempla el acceso en condiciones especiales a diversas ayudas (por ejemplo, ingreso mínimo vital) o a la vivienda, empadronamiento o escolarización, y también beneficios en la inserción laboral.

“Es un complejo entramado de derechos que hay que conocer, y en esto las empresas, el ámbito laboral, tiene un papel fundamental, para que estas mujeres se sientan acompañadas”, explicó García.

Igualmente, aludió a los planes de igualdad como una herramienta que debe posibilitar que las empresas vayan más allá del mero y estricto cumplimiento de la ley, aprovechándolos para incorporar acciones adaptadas a la propia empresa que supongan avances en igualdad y derechos.

Finalmente, y respecto a la posibilidad de articular nuevas medidas, María García señaló que antes de abordar esta ampliación, lo que debe hacerse es facilitar que se cumpla con lo que ya está legislado.

Fuente: www.creex.org